Hace unos años “descubrí” que la lectura de poesía atravesaba el tiempo de mi vida sin interrupciones. Esto es, que aún cuando en ciertos momentos no podía leer otra clase de textos, el hecho de leer poesía se mantenía aferrado a mí salvándome a veces, de mis propias palabras.
Un abismo de maravilla
Siempre presente
Un orden
Una síntesis y una repetición que en mis gestos me devolvía a las mismas palabras una y otra vez.
La repetición me aseguraba un lugar de encuentro siempre renovado, el mismo y nuevo a la vez. Algo que se liga al devenir/correr/transcurrir el tiempo de mi vida.
Ahora que escribo, puedo recordar líneas de poemas ligados a especiales momentos de mi vida, ellos van armando un hilo delicado de seda que me lleva a lo ausente, al amor, a la pérdida, a la pasión, a la felicidad y al paso del tiempo.
Pasado en claro es un libro de Octavio Paz y sus poemas están en la base de las pinturas que trabajo en la actualidad. Antes estuvieron las palabras de Marosa Di Giorgio, de T. S Elliot, de Fabio Morábito, de Gloria Gervitz..y muy lejos los poemas de Lorca que me leía mi madre.
Más acá y más allá siempre han estado las palabras..las palabras de otros que como espejo me reflejan al leerlas, escucharlas, o escribirlas con mi propia letra en cuadernos y libretas.
Parecieran ser más mías, cuando las dibujo con mi letra recuperando en lo manuscrito un rasgo de lo humano que se pierde.
Ya no hay cartas para releer una y otra vez, ni tampoco pequeños mensajes dejados obre la mesa.
¿Qué me queda de aquello perdido?
La escritura,las relaciones y diferencias con la imagen me atraviesa como preocupación desde hace muchos años. La unión de las cosas es también su separación fue el título de un trabajo en el que intentaba pensar la relación entre la palabra y la imagen cuando tuve que ilustrar un libro de poemas.
La palabra y la imagen confundiéndose pareciendo ser lo mismo y no.
¿Qué del poema que leo anida en la letra que al copiarla escribo?
Esa huella, mi letra manuscrita puede conservar el estatuto de letra aún rota?
Y aún más…¿puede “conservar” algo de aquello que leí?
Intento romper el orden de la escritura, vertical/horizontal/ derecha a izquierda..al revés.
No siempre lo consigo..encuentro siempre un orden aunque no lo persiga en forma conciente, el azar tiene un orden, el azar tendrá siempre mi orden, el que yo le imprimo sin querer.
Aquello que luego encuentro sobre la tela, a pesar de numerosas rupturas, y procedimientos es “escritura”.
Un otro que mira, adivina un perfil, un nombre, una pareja abrazada, un hombre con una bufanda, unos zapatos de tacones, cree leer cuerpos allí donde hubo letra.
Estará el gesto de lo humano en los pedazos y fragmentos que sobreviven en la tela?
Otra cosa es el otro - Otra cosa es el cuerpo
¿Es el cuerpo otra cosa?
Ese cuerpo que aparece adivinado por otros que leen las pinturas reaparece en el trabajo
Vuelvo al cuerpo
A una imagen del cuerpo
A un dibujo que lo representa
A una representación de la representación
Un antiguo grabado en un libro de medicina que dibuja/representa
Un órgano
Un hueso..
Me he preguntado muchas veces porque “es necesario” que sea antigua la imagen desde la cual comienzo..como si fuera una imposición a la cual me someto
Aquello mismo que luego me dispongo a romper
No lo sé.
Grabados antiguos
Que como rastros,
Dejan algo fugaz
Sobre el papel.
Aleteos de aves
Invisibles,
Insectos que desaparecen
Cuando apagamos la luz
( en una casa de campo
Bichos de luz que perseguimos maravillados
Otros niños y yo.
En un campo de malezas
que nos tapan
el cuerpo.
Adivinamos a los otros.,
perseguimos los Bichos de luz
Somos ellos saltando en la oscuridad).
Vuelvo a una imagen del cuerpo que parece siempre inasible y desconocida. Intento aprender en libros de medicina la ubicación de los órganos y siempre me pierdo, el mapa que forma el dibujo no me guía hacia mi propio cuerpo, es otra cosa.
Busco más dibujos y grabados que me digan y hablen de los órganos, de los huesos, del cuerpo.
Los dibujo y los pinto, una y otra vez
Para apresar el cuerpo.
Conocer es apresar
Escribir es apresar
/dejar presa la emoción
Trabajo
como si el dibujo del cuerpo
fuera letra
como si el cuerpo fuera letra
y pudiera nombrarlo.
Esta vez doblo el papel una y otra vez en pliegues diagonales, y vuelvo a unir los pedazos y fragmentos que quedan entre las diagonales, de “otra manera”
Y pinto lo que resulta de todo esto.
El cuerpo dibujado es letra.
¿He llegado al mismo sitio?
¿O es otro lugar?
Liliana Menéndez
http://www.lilianamenendez.blogspot.com.ar/www.lilianamenendez.com.ar