Rastros de tinta


Cerfructus, Liliana Menéndez, 2012.. Liliana Menéndez (Córdoba, 1951), artista elegida para la muestra nº 57 de La Línea Piensa, proyecto a cargo de Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía, resultó ganadora del concurso realizado por el Museo Emilio Caraffa en 2010. Ilustradora de libros infantiles y promotora del dibujo como vehículo cognitivo, Menéndez modula en Cerfructus dos códigos -la escritura y la imagen- para crear una especie mixta de floraciones zurcidas con restos de un alfabeto futuro. En las series Paisajes de palabras , una caligrafía enmarañada y a la vez limpia semeja panorámicas desde una perspectiva cenital. Las formas pictóricas insinuadas en el conjunto de palabras apócrifas maduran en Las flores del mal , donde se conjugan el arte de la estampa con el collage , los diagramas con los dibujos en el estilo más ornamental que científico de los herbarios, las reminiscencias del arte oriental con la pintura de Henri Michaux. Al final del recorrido, como destilado de un trabajo cuya economía figurativa va del monograma a la constelación floral, el color empieza a teñir el lienzo. En Desarraigo y Raíces , obras sobre especies vegetales, los dos ciclos de un proceso evolucionan a un lenguaje de sueños con un glosario visual de insectos, flores, frutos y engarces.

                                                                                                                                     Daniel Gigena

Rastros de tinta-Daniel Gigena en ADN Nación

http://www.lanacion.com.ar/1501180-rastros-de-tinta

Reseña de la Muestra Cerfructus en la revista Ramona

http://www.ramona.org.ar/node/44386

Espacio de la Línea piensa Centro Cultural Borges

http://www.ccborges.org.ar/la%20linea%20piensa/llp57.html

Cerfructus

 Tinta sobre tela en bastidor
150 cm ancho x 120 de alto
2012

LA LAGUNA

Tinta sobre tela en bastidor 90 cm x 70 cm 2012

Desprendimiento

tinta sobre tela en bastidor 70 cm x 90cm 2012

Cerfructus en La línea piensa






Proyecto La línea piensa

Cerfructus

Texto para el catálogo de la Muestra Cerfructus escrito por Luis Felipe Noé

Liliana Menéndez y la invención de la escritura



Liliana Menéndez piensa el dibujo como escritura y a la escritura como dibujo. Sin ataduras a ningún supuesto anterior, ella representa, presenta, re-presenta y deshace lo que presenta. La línea baila, salta, se concreta en un algo o en muchos potenciales objetos a los que les da nombres ininteligibles. Tanto sea por la escritura o por la representación. Apuntes de un viaje interior con mucho aprendido, -en especial la experiencia del dibujo chino- y mucho olvidado para volver a nacer en una otredad.

La naturaleza vegetal no esta presente en sus obras solamente cuando alude a plantas sino en la entraña misma de su juego creativo. Alude y elude al objeto como reconociendo que ella tiene capacidad de denominar de vuelta a las cosas.

Respecto a esta última afirmación quiero hacer una precisión: el ser humano se distingue de los otros animales por su capacidad y necesidad de dar nombre a las cosas naturales que lo rodean y, aun más, a aquellas categorías abstractas que inventa. Los animales deambulan entre las cosas reconociéndolas. La capacidad lingüística – la de crear fundamentalmente sustantivos- caracteriza lo humano pero va mas allá de las gramáticas inventadas. “El lenguaje es el estar allí del espíritu”, nos enseñó Hegel. No se trata de la mera banalidad de utilizar las palabras aprendidas como comunicación. Por el contrario, se trata de concebir genuinamente nuestra relación con el mundo, nombrando como seres primitivos a lo que nos rodea, inventando palabras imágenes, sonidos, y hasta movimientos corporales.

Sus dibujos me traen a la memoria a Jorge Bonino, otro cordobés como ella, que en espectáculos increíbles inventaba idiomas en base a raíces lingüísticas diferentes dando discursos que aclaraban y explicaban todo con palabras ininteligibles pero absolutamente comprensibles en su sentido esencial.

Dicho esto, quiero señalar que Liliana Menéndez alude en sus dibujos al proceso del nacimiento de la escritura y a la capacidad de significación de ella. Este doble juego poético sensible e inteligente entre la escritura en si misma como gesto y su capacidad implícita de representación que ella desarrolla en su obra le valió el premio del concurso de dibujo organizado por el Museo Emilio Caraffa de Córdoba para artistas de esa provincia consistente en exponer individualmente en La Línea Piensa.



                                                                                                             Luis Felipe Noé


 

Invitación Muestra Cerfructus